domingo, 12 de febrero de 2012

Cómo van a aplicar el rigor de la ley?

Cómo van a aplicar el rigor de la ley?


El gobernador José Manuel de la Sota anunció que enviará un proyecto de ley para castigar con mayor dureza los excesos en las protestas.

Adrián Vitali.                                                                             ©    La Voz del Interior 12/02/2012


El gobernador José Manuel de la Sota anunció que enviará un proyecto de ley para castigar con mayor dureza los excesos en las protestas y que sancionará de modo severo a quienes quemen cubiertas en la vía pública, porque contaminan al medio ambiente, y a los que tiren bombas de estruendo que puedan causar muerte o daños físicos.

Los vecinos que cortan calles y queman gomas en forma ocasional no son una corporación creada por grupos extremistas internacionales, financiados por la oposición para atentar contra una gestión oficial.

Cuando lo hacen, es porque se les ha privado de algún bien esencial, como el agua, la luz, el transporte, la seguridad, la salud o el trabajo.

Lo hacen para que los vean y los escuchen a través de los medios de comunicación y algún funcionario de los que tienen la responsabilidad y el deber de solucionarles los problemas, se anime y pueda recibirlos.

La gente, en los cortes de calles, no tira bombas de estruendo. Las bombas se tiran en el centro de la Capital, en marchas de protestas organizadas por gremios o por partidos políticos, con capacidad económica para semejante gasto.

Los cortes de calles en la periferia de la ciudad nunca son planificados, no son dolosos; son auténticas puebladas donde los vecinos hartos salen a cortar la indiferencia de los estados que subestiman su paciencia y su altruismo.

Los vecinos que cortan las calles no son los responsables de los problemas ambientales, ni los culpables del calentamiento global porque quemen alguna cubierta vieja donada por la gomería del barrio.

Frente a los reclamos sociales, ¿cómo van a hacer para aplicar el rigor de la ley? ¿A quién van a detener? ¿Al gomero del barrio que aportó la cubierta en desuso? ¿Al empleado de la estación de servicio que expende combustible en un bidón sin tapa? ¿Al quiosquero que vendió una caja de fósforo? ¿A todos los que están cortando la calle? ¿O a los funcionarios que tenían que hacer las obras para una mejor calidad de los servicios y no las hicieron?

Cuando el Estado no cumple con sus responsabilidades constitucionales, está atentando contra la paz social. ¿Por qué será que siempre se sanciona al que reacciona y nunca al que provoca? El que quiera entender, que entienda.

Si queremos erradicar las bombas de estruendo, las quemas de cubiertas, los cortes de calles, tenemos que fijarnos en las políticas que diseñamos.

Los cortes de calles no sólo son molestos y riesgosos sino que son la manifestación de una tragedia futurista.



* Uno de los autores del libro “Cinco curas, confesiones silenciadas”.



Mi  RESPUESTA
breve, en la misma fecha, de Juan Ubaldo Mason, en este blog de su autoría “ArgentinaSigloXXI”.-

Al Sr Adrián Vitale:

Ud ha tenido oportunidades o, como en este caso, de editar en la nutrida compañía de varios ex sacerdotes o contestatarios, sea a veces desde el púlpito confesional; sea mediante editoriales con libros o libelos; como el citado en la nota que menciono; sus opiniones acerca de diversos, discutibles, presuntos o reales, “temas sociales” que trascienden lo religioso como en éste expresa.-

La paz social y la convivencia pacífica, son características propias e inherentes a la vigencia de un sistema Civil, Laico, Republicano y de Derecho, donde se respeten las leyes y se disfrute de los derechos que éstas nos confieren.

Por lo que me place responder a Ud. que, probablemente, el funcionario que Ud. cita, esté de acuerdo por haber leído alguna de las opiniones volcadas en mi propuesta de reforma constitucional, según se describe en mis Declaraciones Liminares y/o Creencias Básicas y en el texto del Articulo Nº 10 que propongo en ese trabajo.

Si fuere así, por mi parte, me apresuro a anticipar y confirmar esa disposición adhiriéndome en plenitud a ella.

Y, por lo tanto rechazo cualquier categorización de “lucha social” a una eventual y equívoca “lucha de clases”.

Juan Ubaldo Mason








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